“Sabed, oh príncipe, que el hombre llamado Conan desempeñó todo tipo de oficios en su día, tras viajar al sur desde las colinas nevadas de su nativa Cimmeria.
Primero fue ladrón, con más valor que habilidad… después, soldado de fortuna en más naciones y ejércitos de los que la mayoría de hombres podría contar… sí, incluso fue pirata más de una vez, primero con la corsaria Bêlit, luego con los sangrientos barachanos y con los bucaneros de Zingara.
Y por fin, en su quinta década, mató a un cruel tirano y se convirtió en el rey de Aquilonia, el más orgulloso reino de la violenta Era Hiboria”.
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