En un planeta excesivamente poblado, con tres cuartas partes de superficie cubiertas por el mar, era algo sin demasiado sentido. Ahora, grandes plataformas crecen continuamente sobre el océano, los viejos continentes europeo y africano han quedado unidos a - la ya no tan joven, seamos sinceros - América. Entre la utopía y el disparate, la pista atlántica, el gigantesco sueño intercontinental, se ha hecho realidad…
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